Era más pequeño, guapo y transparente de lo que me imaginé.
Al besarme en la nuca, me extravié en su aroma de Gauloises; al lamerme los labios, en su sabor de cocaína.
No dejó que le clavara mis colmillos en sus hombros.
Era más raro y contradictorio que yo.
Nunca necesitó de mi consuelo e hizo que le dé mi palabra para una tontería.
Compartimos más tiempo mientras dormíamos que estando despiertos. Me dijo que me casara con él.
Le dediqué una canción escrita por JLB; él me (¿me?)... Él cantó algunos tangos en mi presencia.
Varias veces se enojó conmigo: por huir de su cama, por no oír lo que me contaba y por rebelarme contra su autoestima (tal vez también por no ovacionar sus escritos, pero yo prefiero callar lo obvio).
Me ofreció varias cosas que no cumplió.
No le molestaron mis pies fríos.
En su cama cabíamos varias, más no en su tiempo.
Nunca nos despedimos.
Si algo me ¿entristece?, ¿frustra?, ¿inquieta? es que no me haya querido.
"Fue amor", pero sin el amor a cuestas; llamémoslo fogosidad, furor, pasión o lo que sea.
era un laberinto
miércoles, 24 de octubre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Esto es vida real, y esto ficción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario